Señor Director:

Cada 12 de febrero celebramos el aniversario de la fundación de Santiago por parte del conquistador Pedro de Valdivia, quien a los pies del cerro Santa Lucía firmó el acta correspondiente. Este acto, se considera que originó el documento manuscrito más antiguo generado durante la colonización española en nuestro territorio hace 482 años. Sin embargo, un incendio que destruyó el naciente villorrio, ocurrido un 11 de septiembre de 1541, siete meses después de la fundación de la ciudad, redujo a cenizas también estos valiosos documentos. El Cacique Michimalonco, gran guerrero, resistió al conquistador con decisión y valentía, destruyendo y quemando sin piedad, pero a pesar de todo, la ciudad fue reconstruida y los valiosos documentos reescritos. Si Santiago durante la guerra de la conquista pudo ser reconstruido, nuestro Santiago de hoy, también destruido, esta vez no por el Cacique sino por las huestes anárquicas y vandálicas, aún está de pie, tenemos que recuperarlo con acciones efectivas para volver a vivir en una ciudad bella, ordenada y segura, además de justa e integrada.

Está muy bien pintar las fachadas de sus edificios, pero hay que ir más al fondo del problema. Es indispensable para ello contar con leyes que permitan una mejor protección patrimonial, garantizar una arquitectura y proyectos urbanos de calidad y promover un arbolado urbano que enriquezca nuestros espacios públicos. Vale decir, necesitamos la pronta aprobación de la ley de Patrimonio que hoy duerme en el Senado, presentar, tramitar y aprobar una ley de Fomento de la Arquitectura y dar curso a la ley de Arbolado Urbano actualmente en trámite en el Congreso.

No podemos celebrar un próximo aniversario en las actuales condiciones denigrantes, antihigiénicas e inseguras de nuestra ciudad capital.