21 de abril de 2013

Definiciones de hacienda y el Banco Central

Por Claudio Orrego, Candidato presidencial DC y Alejandro Micco

La Tercera

No deja de sorprender el número de edificios en construcción. El sector inmobiliario vive una euforia nerviosa. Los invitados a los directorios ya no son sólo economistas, sino expertos del sector vivienda. ¿Cuánto del alza de precio es fruto de fuerzas de largo plazo y cuánto es fruto de una cierta exuberancia irracional, como planteó un consejero del Banco Central?

Tampoco deja de preocupar el déficit de cuenta corriente, que no es otra cosa que los ingresos de los chilenos menos lo que gastamos. Cuando el crecimiento de la demanda interna supera el crecimiento del producto, nuestra cuenta corriente empeora.

También prende una luz amarilla el aumento de la morosidad en el sistema financiero.

Recientemente el Banco Central nos trajo buenas noticias: un buen crecimiento de un 5,6% en el 2012, una proyección de crecimiento de 4,5-5,5 e inflación de 2,8% para el 2013. Pero también nos vuelve alertar: la demanda interna seguirá creciendo por sobre el producto. Su presidente plantea que la autocomplacencia respecto al buen momento económico es “el peor pecado que podemos cometer”.

¿Está la economía sobrecalentada? ¿Existe burbuja en el sector inmobiliario? ¿Qué debemos hacer? ¿Quién debe hacerlo, el Banco Central o Hacienda? Preguntas difíciles, pero fundamentales para evitar un aterrizaje forzoso.

La proyección de un déficit de cuenta corriente de un 4,4% del PIB con un precio del cobre de US$ 3,5 la libra es una alerta de sobrecalentamiento. Si el precio del cobre cayera a US$ 2,5, precio promedio del metal desde el 2000, el déficit de cuenta corriente subiría a 9% más. El aumento de la demanda interna en un 6,1% mientras el PIB crecerá un 5%, es otra luz amarilla. La inflación es la única señal que da alivio, pero el Banco Central nos dice que la baja inflación se relaciona en parte con la baja del tipo de cambio.

¿Qué hacer? Moderar la demanda interna. El Banco Central podría subir la tasa de interés para hacer más caro el crédito y con esto bajar el consumo y encarecer el crédito hipotecario. Pero esto atraería capitales, deprimiría más el dólar y con ello tendríamos más cortes de la Ruta 5.

El instituto emisor alerta que “la prevención de estos riesgos va más allá de la política monetaria…”, un aviso para Hacienda. El bono posterremoto fue una política correcta, se temía por la caída del consumo de los hogares, pero el actual bono marzo no responde a una caída del consumo de los hogares. Es un impulso al gasto cuando se requiere lo contrario. Lo mismo ocurre con el proyecto de ley de Hacienda que busca bajar el impuesto de timbre y estampilla al crédito. ¿Se requiere estimular el crédito? Claramente no. Es otra medida de Hacienda en sentido contrario. Por último, y lo más importante, ¿por qué Hacienda mantiene su meta de un déficit fiscal de 1% del PIB? ¿No debiéramos escuchar al Banco Central y movernos al balance estructural?

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