Señor Director:

En su reciente columna, el ministro Carlos Montes plantea la necesidad de diversificar los “caminos” —sin saltarse la fila— para responder a las necesidades habitacionales.

¿Considera el ministro que la toma ilegal de terrenos es uno? Ello es ineludible si, mediante una definición política, él calificó el “derecho a la vivienda” como justificación para la expropiación del terreno tomado en San Antonio.

En paralelo, parte de los “nuevos caminos” consiste en programas de bajo desempeño o que, simplemente, no son factibles. El ejemplo más claro es su insistencia en el sistema de cooperativas, que falló en la misma toma y no ha entregado ningún proyecto de escala durante su gestión. A ello se suman diversos problemas conocidos en otros programas, como el DS19 y el DS49.

Hoy necesitamos certezas, lo cual se enraiza en el apego a las reglas y donde no hay cabida para apoyar de facto la ocupación ilegal de terrenos como una vía legítima de acceso a la vivienda.

Eludir esta definición solo profundiza la incertidumbre y debilita la política habitacional y el Estado de Derecho.