Recorrido arquitectónico por la CEPAL
Una lección de arquitectura magnífica
Con estas palabras resumió el arquitecto Cristián Undurraga lo que fue esta excepcional visita organizada por la AOA los pasados 17 y 24 de octubre.
Guiados por los arquitectos Andrés Venegas y Pablo Boisier, ambos del equipo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), recorrimos su emblemática sede en Santiago, proyectada por el arquitecto chileno-francés Emilio Duhart, una obra que marcó un hito en la arquitectura moderna del siglo XX.
El Premio Nacional de Arquitectura diseñó el edificio que albergaría una de las cinco comisiones regionales de la Organización de Naciones Unidas junto a Roberto Goycoolea, Christian de Groote y Óscar Santelices, con la colaboración de los ingenieros César Barros y Hartmut Vogel, luego de ganar el concurso -en 1960- en el que participaron cuarenta propuestas desarrolladas por cerca de 200 profesionales.
La ONU ya había apostado por la arquitectura moderna con sus sedes de Nueva York, proyectada por Le Corbusier en 1947, y la de la UNESCO en París, diseñada por Oscar Niemeyer en 1952.
Inaugurado el 29 de agosto de 1966 por el entonces Presidente Eduardo Frei Montalva y el Secretario General de las Naciones Unidas, U Thant, el edificio de la CEPAL es considerado un referente internacional de la arquitectura moderna que, además, incorporó conceptos muy innovadores para su tiempo, como el estanque oval que recolecta aguas lluvias y las utiliza en el edificio.
Imponente y construido en hormigón, fue proyectado para dialogar con el cerro Manquehue y el río Mapocho, en un terreno de cinco hectáreas. Fue concebido como un conjunto único: un anillo cuadrado elevado sobre un zócalo que encierra un patio interior donde se disponen el núcleo central y el “caracol”, los que están conectados por puentes.
En este último se ubica la sala de asambleas y se puede recorrer por el exterior, ofreciendo vistas panorámicas a la ciudad. Destacan los bajorrelieves que cubren el volumen y que representan la historia de Latinoamérica y Chile, a través de símbolos como las carabelas de Colón, el plano fundacional de Santiago y la firma de Pedro de Valdivia, entre otros.
La fachada sur del núcleo central destaca por sus volúmenes con cristales amarillos, detrás de los cuales existe un vacío que abarca los tres pisos.
A lo largo de sus casi 60 años de existencia, el edificio ha incorporado nuevas estructuras que responden a las necesidades funcionales de la institución. En ese contexto, recientemente se habilitó el edificio norte, cuya superestructura de madera laminada se levanta de forma independiente.
Esta nueva construcción, de aproximadamente 3.000 m2, alberga oficinas y salas de reuniones, y soporta una planta fotovoltaica de 900 paneles solares. Según explicó el equipo de arquitectos de la CEPAL, se utilizó la estructura de acero existente, correspondiente a un galpón construido en los años 80. Este tenía un alto consumo energético por lo que se realizó un análisis, a 30 años, que concluyó que edificar una nueva estructura generaría un ahorro del 60 % en los costos totales si se comparaba con los costos de la reparación progresiva del antiguo edificio.
El hormigón empleado en esta obra incorporó escoria negra como árido intermedio, y la mayoría de las decisiones de diseño se orientaron a alinearse con los objetivos de sostenibilidad de la ONU, que buscan generar impactos positivos tanto ambientales como sociales.
En esa línea, entre otros aspectos, se logró una participación femenina del 24 % en la obra, cifra significativamente superior al promedio nacional de un 8 %. Además, los muros interiores fueron revestidos con maderas rescatadas de antiguas tinajas, trabajadas por internos de la Cárcel de Valparaíso, en colaboración con la Fundación Reviste.
“La visita que hemos hecho con la AOA al edificio de la CEPAL, la principal obra de Emilio Duhart, ha sido muy emocionante, una lección de arquitectura magnífica y podemos decir, sin caer en demasiado optimismo, que este puede ser uno de los edificios más relevantes de la historia del modernismo en el mundo. Por otra parte, el edificio norte, diseñado por el equipo de arquitectura de la CEPAL, un edificio sostenible contemporáneo, también se constituye en una magnífica obra de arquitectura y en una gran lección de arquitectura de sostenibilidad, de sentido común y también de belleza”, afirmó Cristián Undurraga.
Por su parte, Andrés Kraushaar, comentó al finalizar el recorrido que siempre le impresionó Emilio Duhart. “Había visto esta obra en muchos libros y revistas, pero visitarla es muy diferente. Ha sido un recorrido impresionante”.














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