22 de diciembre de 2025

Obra de Sabbagh Arquitectos y Bascuñan Valenzuela Arquitectos Asociados

Hotel Debaines obtiene el primer Premio Gubbio para América Latina y el Caribe

El proyecto se ubica en un estrecho terreno de solo 13 metros de frente por 50 metros de profundidad —un sitio eriazo desde la década de 1960, ocupado posteriormente como estacionamiento—, entre medianeros de distintas alturas y en un entorno de alto valor patrimonial, junto al Teatro Municipal y otros edificios emblemáticos del centro de la ciudad.

Con el objetivo de promover la difusión de avances teóricos, buenas prácticas y modalidades de gestión en materia de protección patrimonial y recalificación urbana, el Premio Gubbio se entrega en América Latina y el Caribe desde 2009, con carácter bianual. En su IX edición, y por primera vez en su historia, el jurado decidió otorgar por unanimidad la máxima distinción a una obra nueva, elegida entre 46 proyectos postulantes. El reconocimiento recayó en el Hotel Debaines, obra de Sabbagh Arquitectos y Bascuñán Valenzuela Arquitectos Asociados.

El Hotel Debaines está ubicado en la calle Agustinas, en el centro de Santiago, rodeado de edificios de alto valor patrimonial como lo son el Teatro Municipal (Monumento Nacional), el Edificio de la Sociedad Nacional de Agricultura (Inmueble de Conservación Histórica), la Calle Tenderini, además de un edificio modernista de mucho valor arquitectónico, proyectado por Germán Lamarca Claro. El sitio donde se emplaza fue propiedad de la Sociedad Nacional de Arquitectura y, desde el terremoto de 1960, funcionaba como estacionamiento para los funcionarios del gremio agrícola. 

El arquitecto Stefano Storchi, presidente de la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos de Italia consideró que “el resultado de este año fue muy valioso e importante, porque con esta edición se comprendió el significado del premio, su peculiaridad, que es la evaluación de proyectos actuados, no solamente de ideas sino de actuación, que valoriza la capacidad de intervención en los cascos y ciudades históricas”.

El Premio Gubbio nació en la ciudad homónima de Italia en 1960 y es promovido por la Asociación Nacional de Centros Históricos y Artísticos (ANCSA) para los países europeos. En el año 2009 se lanzó la primera edición para América Latina y el Caribe a partir de un acuerdo con la Dirección General Patrimonio, Museos y Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP Argentina). 

En cada convocatoria, que se realiza cada dos años, se presentan un amplio abanico de propuestas: estudios, investigaciones y acciones específicas que han alcanzado metas favorables en relación al patrimonio existente y a su utilización física, económica y social. Se trata de propuestas de distintas temáticas, escalas y magnitudes en las cuales se aborda desde la restauración específica a la refuncionalización e inclusión de obra nueva en contextos históricos, con enfoques que promueven la conservación activa, la rehabilitación sustentable y la revitalización de los centros históricos y su patrimonio material e inmaterial.

Este año, se recibió una cifra récord de 46 postulaciones, provenientes de 32 ciudades de 12 países de América Latina y el Caribe. Proyectos que deben promover la conservación activa, la rehabilitación sustentable y la revitalización de los centros históricos y su patrimonio material e inmaterial.

Memoria del proyecto

La obra, un caso virtuoso de regeneración urbana en pleno casco histórico de la comuna de Santiago, aprovecha un pequeño terreno contiguo a la sede de la Sociedad Nacional de Agricultura (Inmueble de Conservación Histórica).

El encargo, un hotel de altas prestaciones, se emplaza en un área de alto valor urbanístico del casco histórico que corresponde a uno de los 4 puntos de interés patrimonial más importantes de la ciudad. Se constituía en el último obstáculo para cerrar la magnífica caja urbana- patrimonial de la calle Agustinas entre San Antonio y Mac Yver, con valiosos edificios y obras patrimoniales.

El conjunto de arquitectura diversa, con construcciones de fachada continua, edificios de distinto tamaño y altura y uso, enriquecidos por retranqueos de la línea de edificación del atrio del Teatro Municipal y las casonas y edificio de la Hípica en la vereda norte, resulta en una muy interesante y bella espacialidad que le otorga la excepcional calidad urbanística y patrimonial que motivaron a los inversionistas.

La complejidad del proyecto, una audaz y esperanzadora apuesta por el centro de Santiago en que junto con acoger el programa, estaba el hacerse cargo de las condiciones del lugar: su emplazamiento en el área patrimonial, su condición de terreno eriazo entre medianeros, colindar con el edificio ICH de la SNA y la particularidad espacial que se genera entre el Teatro,  el  pasaje Tenderini,  las casas colindantes y el edificio de la SNA,  todos de alturas equivalentes rematando en el medianero del edificio de Mac Iver  sumando  su  espacio aéreo que  junto a los retranqueos de las fachadas norte terminan de conformar la caja espacial mencionada, magnífico escenario que pone en valor los monumentos. 

La calle de Las Agustinas en ese tramo reúne por la vereda sur, el terreno eriazo del proyecto, contiguo a la sede de la Sociedad Nacional de Agricultura (ICH), el paseo peatonal de Teatinos conexión con la Biblioteca Nacional (MN), el edificio Monumento Nacional (MN) del teatro Municipal de Santiago, y en la esquina con Mac Yver, un interesante edificio modernista de los años 60. En la vereda norte, el espacio se completa con el conjunto de dos casonas ICH y un par de interesantes edificios de las décadas del 40 y 50.

Pendiente el cierro norte de esta caja, hasta ese momento inconcluso por el vacío del terreno y un muro sin obra asociada al espacio patrimonial.

El terreno de solo 13 metros de frente por 50 de profundidad, sitio eriazo desde la década del sesenta entre medianeros por tres de sus costados en distintas alturas y ocupado como estacionamiento. Rodeado por el oriente y sur con muros medianeros de 12 pisos de altura de edificios existentes y por el poniente, el edificio ICH de la SNA y el conjunto de casas del pasaje Teatinos, de 3 a 4  pisos. Esta diferencia de altura permitió la opción de vistas a la ciudad para las habitaciones a partir de los 4 pisos y formar parte del espacio patrimonial permitiendo transformar el muro ciego en la fachada de un edificio que complete y ponga en valor la preexistencia patrimonial

El desafío planteado de completar la caja urbana patrimonial, restaurando la espacialidad de fachada continua, junto con incorporar vistas y soleamiento al edificio propuesto, diseñando con altos grados de restricción existentes, como normas de volumetría y distanciamientos respecto a los edificios protegidos existentes y las condicionantes morfológicas del lugar.

La estrategia fue disponer un volumen continuo y parejo, tomando la línea del edificio esquina de Agustinas con Mac Iver, adosado en sus 12 pisos de altura. Este volumen   acoge el núcleo de las circulaciones verticales y, a partir del piso 4 el programa de las habitaciones del hotel. 

Esta disposición del volumen generó una separación de 6 mts.  al poniente, adosado en los 4 primeros al edificio de la SNA a través de una placa, generando así una distancia de protección patrimonial y a su vez restaurar la continuidad de fachadas.  Restituyendo así la manzana de edificación continúa. 

Hacia el interior del terreno, en la altura de los primeros 4 pisos, se propuso incorporar de borde a borde del terreno, adosado en todos sus costados, los espacios del programa de áreas comunes, con transparencias y circulaciones que integran el interior y el exterior,  techando el espacio entre el volumen continuo y el adosamiento con la SNA con una gran lucerna como espacio principal. 

En los pisos superiores, una vez superada la altura de la manzana construida y del monumento, se retranquea y levanta el volumen traslúcido de las habitaciones hasta empatar la altura máxima existente en el adosamiento oriente. La totalidad de las habitaciones se resuelven con vistas a la ciudad, procurando no tener recintos ciegos o mediterráneos. 

El resultado es el de una fachada perpendicular a la calle Agustinas, logrando un borde construido a la caja espacial que acoge los monumentos existentes. Tanto los servicios, el pasillo de circulación, los ascensores y las escaleras se incorporan a esta premisa, dejándolos dentro de espacios transparentes en fachada.

Para generar un ritmo, espesor y profundidad de la fachada, junto con el control del poniente se propusieron paramentos quiebravista metálicos perforados. Los movimientos y cambios de orientación de estos elementos buscan resignificar las variaciones de vanos, postigos y estilos de fachadas existentes en los edificios históricos colindantes.

Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.