Señor Director:
Sobre la pérdida del mural “Terremoto” de Nemesio Antúnez, resulta curioso culpar únicamente al propietario privado del inmueble. La conservación de un Monumento Nacional, como bien decía Rousseau, recae en el Estado, que tiene el deber de generar leyes y garantizar su cumplimiento:
“El compromiso que nos liga al cuerpo social solo es obligatorio porque es mutuo [ … ]” (El Contrato Social, Libro I, Capítulo VII). 

Desde los escombros del “Terremoto”, la acción concreta sería clara: promulgar una ley de los patrimonios que detenga esta continua pérdida cultural. Sin presupuesto ni normativa efectiva, el patrimonio seguirá desapareciendo.