22 de septiembre de 2025

Entre 2022 y 2024, el organismo recibió denuncias en 81 comunas y observó deficiencias en 21

Contraloría detecta demoras y rechazos arbitrarios de permisos en Direcciones de Obras

El temor a sanciones, la “maraña normativa” y hasta presiones de autoridades comunales son algunas de las razones de los atrasos en las Direcciones de obras Municipales, aseguran especialistas.

El Mercurio, 22 de septiembre

Por Amanda Ugarte 

A los directores de Obras Municipales los llaman “dueños del timbre”. Sin su visto bueno, ningún proyecto inmobiliario puede avanzar: desde la construcción de un gran edificio hasta la ampliación de una casa particular.

Pero estos funcionarios y las reparticiones que lideran —las Direcciones de Obras Municipales (DOM)—son señalados como uno de los responsables de las demoras en la realización de proyectos inmobiliarios y de la llamada “permisología”.

El Observatorio de Plazos de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) y la plataforma TOCTOC han apuntado a ellos: según su informe de 2023, el 73% de los retrasos en la tramitación de permisos de construcción coresponde a las DOM.

Y ahora se suma un nuevo antecedente. Los datos del “Semáforo municipal” de Contraloría muestran que entre 2020 y 2024 este organismo recibió denuncias por dilaciones y rechazos erróneos de permisos de edificación en 81 municipios y observó irregularidades en 21.

Según Contraloría, estas suceden “cuando la DOM rechaza una solicitud o permiso por motivos que contravienen las normas aplicables a la materia, o excediendo sus facultades. También cuando la dirección dilata las tramitaciones por sobre lo indicado en la normativa (…) se incluye el cobro de derechos municipales no ajustados a la normativa”.

Las 21 comunas son Arica, Coquimbo, Casablanca, Viña del Mar, Papudo, Algarrobo, El Quisco, Putaendo, Quilpué, Limache, Macul, Rancagua, Requínoa, Pichilemu, Navidad, San Fernando, Pelarco, Vichuquén, Chiguayante, Valdivia y La Ligua.

Yuri Rodriguez, presidente de la Asociación de Directores de Obras (ADOM) sostiene que “efectivamente, hay lugares en falta y esas situaciones deben ser denunciadas y perseguidas. Mientras que el Ministerio de Vivienda no monte un sistema de gestión de permisos obligatorios, nunca sabremos dónde están los cuellos de botella ni podrán supervigilarse las acciones de los DOM por medio de sus Seremi” 

Igualmente, cree que los datos son “excelentes noticias considerando que anualmente procesa y terminan unos 7.500 permisos (…) y se reportan errores u omisiones en 21 comunas. Es un buen resultado para las condiciones en que trabajamos”.

Por qué se entrapan los trámites

Entre las razones por las cuales las DOM pueden transformarse en una valla para el desarrollo de proyectos, conocedores mencionan la extrema cautela del los funcionarios.

Según datos de Contraloría, entre 2012 y 2022 hubo 140 sanciones a directores de Obras. “Les observan todo, entonces revisan detalladamente por temor a sanciones” sostiene la exdirectora del Obras de Colina, Ángela Prado.

Juan Sabbagh, presidente de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), apunta al “temor funcionario al error y a la sanción”, ya que “reciben todo el peso de los fallos posibles”.

En esa línea, la académica de Derecho Urbanístico de la U. Católica de Valparaíso Jeannette Bruna señala que la extrema judicialización genera “más miedo de firmar. Se vuelven exquisitos en la revisión e incluso hay algunos que no firman nada”.

Para el presidente de ADOM, el problema es la “maraña normativa”. “Se ha aprobado ley tras ley en los últimos 20 años y nos han pedido preocuparnos por más factores en la revisión”, dice.

Aunque no todo sería precaución y exceso de normas. Según Sabbagh en algunos casos “hay arrogancia(…) cuando algo no les gusta, lo rechazan o lo dejan con observaciones”. Sostiene que la inmobiliaria puede reclamar a la Seremi de Vivienda, pero como el director pone la firma, “nadie quiere pelearse con él”.

Yuri Rodríguez, de ADOM, reconoce que “hay situaciones inapropiadas, pero detrás de las observaciones infundadas hay gente que está empezando su carrera”.

Los casos pueden ser variados. En Macul, por ejemplo, Contraloría detectó que su Dirección de Obras solicitaba documentos que excedían el marco legal, como el certificado de no deuda para la entrega de la recepción definitiva de obras. En otras oportunidades, la Justicia ha investigado pagos de coimas para la aprobación de permisos en distintas comunas.

El rol de los alcaldes

También hay quienes apuntan a la presión de otras autoridades como los jefes comunales. Rodríguez asegura que “si no eres del gusto del alcalde, te ignora o te combate” y recuerda cuando exedil de Valparaíso, Jorge Sharp suspendió al director de Obras, Matías Valdés, en 2017. “El poder entre el funcionario y un alcalde es totalmente asimétrico. Si te quiere suspender, lo puede hacer”, expresa.

En ese sentido, Prado dice que “si el proyecto cumple con la nor-mativa, pero a los vecinos no les gusta, se generan conflictos porque si el alcalde es muy populista va a ponerse del lado de la gente”. Y agrega: “Entonces creen que uno no aprueba los proyectos por atornillar al revés, pero no es así, es una decisión técnica”.

Para el director ejecutivo de la ADI, Slaven Razmilic, “un alcalde no debiese tener incidencia decisiva en la tramitación de permisos. Su rol debe estar en la planificación comunal y en promover normas urbanísticas adecuadas”, concluye.

A juicio de Bruna, los ediles debiesen asumir un rol activo en la agilización de permisos y “si no se cumplen los plazos, multa para el alcalde

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