19 de junio de 2019

arte y ciudad

Por Rodrigo Searle

Director AOA

Publimetro.

Museo a Cielo Abierto en San Miguel. Foto: Urban Adventures.

A primera vista, parece ser que estas dos palabras no se encuentran en el agitado ritmo de la vida moderna. Sin embargo, el arte ha estado siempre presente en las ciudades, ocupando un lugar protagónico al servicio del poder dominante, difundiendo sus victorias y perpetuando su memoria. Ya en nuestros tiempos, ese arte se desmarca de la autoridad y aparece como una voz independiente, a veces de denuncia, reflejo de nuestra época convulsionada y cambiante.

El artista británico Bansky y sus murales con provocadores mensajes de crítica política son un buen ejemplo de ello. Santiago no es ajeno a estos cambios. Si antes se construían monumentos para recordar a algún héroe, hoy se instalan esculturas en plazas y paseos, se proyectan murales en el Metro y vemos pinturas al costado de más de algún edificio.

El museo a cielo abierto de San Miguel y festivales de arte urbano como ‘Hecho en Casa’ o ‘Barrio Arte’ son iniciativas que nos invitan a reflexionar, haciendo propio ese espacio público. Y así y todo, como si nuestros desastres naturales no hicieran suficiente, a veces somos nosotros mismos quienes nos hemos encargado de destruir obras importantes con valor artístico y ciudadano.

¿Sabía usted que después de 34 años de olvido, hace algún tiempo fue rescatado un mural pintado en 1971 por Roberto Matta, en conjunto con la Brigada Ramona Parra?

Esta obra titulada ‘El primer gol del pueblo chileno’ se pensaba que había sido destruida después del golpe militar y, sin embargo, estaba sepultada bajo catorce capas de pintura esperando ser rescatada para volver a exponerse en el Centro Cultural Espacio Matta en La Granja. Una historia de olvidos y descuidos con nuestro patrimonio puede haber gatillado en parte las luces de alarma en un grupo de artistas, arquitectos y vecinos que reaccionaron inquietos frente a la propuesta para mejorar el costado poniente del cerro Santa Lucía.

Se proyecta ahí la construcción de una explanada que eventualmente taparía la vista, con una losa de hormigón, a buena parte del mural ejecutado en cerámica por los años 70, de los artistas Bonati, Ortúzar y Vial. Dicha obra, hito urbano del arte cinético y en proceso de ser declarada Monumento Nacional se encuentra actualmente en franco deterioro y algunos ven en este proyecto de explanada, el peligro de su entierro final. La gente, más empoderada, está alerta para exigir la preservación de obras con valor histórico y la autoridad debe ajustarse a escuchar, responder y explicar.

Es de esperar que el resultado de esta combinación implique el mejoramiento de todo el sector, recuperando una pieza importante de arte, testimonio también de otra época. El caso nos muestra que las condiciones han cambiado. Hoy, con el uso de las redes sociales, ya no sería posible cubrir con catorce capas de pintura un mural de Matta.

Con 25 años de historia, nos hemos ganado un espacio importante para la representación de los arquitectos en el debate público y frente a la autoridad. Buscamos tener una voz nítida y respaldada técnicamente, queremos llegar con nuestro mensaje a la opinión pública, y ser capaces de construir una red amplia de vínculos con la sociedad.