El concurso público- que se abrió en febrero de este año por ProChile– contó con la participación de diez personas en una comisión público-privada, integrada por miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, ProChile, la Fundación Imagen de Chile, la Comisionada de Chile para Expo Osaka 2025, y destacados arquitectos del país, entre ellos nuestro past president, Yves Besançon.

Como representante de expertos del Comité Evaluador, el arquitecto Besançon destacó la importancia de los concursos en la arquitectura, particularmente en el contexto público: “La arquitectura pública debería ser siempre llamada por concurso. Es decir, todo edificio en el que hay inversión chilena debería ser siempre llamado por concurso. Nos interesa que se hagan concursos de arquitectura, que sean abiertos y que participen todas las oficinas de arquitectura”.

En concreto, sobre el diseño del proyecto ganador señaló que aprovecha eficazmente el espacio otorgado, teniendo en cuenta que se trata solo de 300 metros cuadrados: “Es un pabellón dentro de un pabellón. Vale decir, tiene una circulación perimetral dentro del mismo pabellón existente, pero dentro hay un lugar que es prefabricado, industrializado, de madera, con el Manto de Chile encima, en el cuyo interior se pueden hacer exposiciones, y organizar charlas”.