Con una convocatoria de aproximadamente 120 personas, la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) llevó a Concepción el debate respecto a la edificación en altura y cómo más allá de esta se deben integrar todas las variables que determinan la calidad de vida en la ciudad.

El invitado principal fue Christian Wolff, arquitecto y director regional de Gensler para Latinoamérica, quien encabezó la conferencia ¿Por qué la altura no es el tema? Estrategias para mejores espacios públicos y mayor calidad de vida. La actividad se realizó el 3 de diciembre en el salón Gregorio de la Fuente del Edificio del Gobierno Regional del Biobío.

El encuentro reunió a destacados representantes del sector, entre ellos el presidente de la AOA, Juan Sabbagh; el vicepresidente Fernando Marín, además de Tatiana Martínez, Past President del CCI; Ian Watt, Past Presidente de AICE; Luis Corvalán (LCV Arquitectos) y Sergio Baeriswyl, Premio Nacional de Urbanismo y ex presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano. Todos participaron de un interesante conversatorio, tras la presentación de Wolff. Además, los directores de la asociación, Jorge Belmar, Klaus Benkel y Gonzalo Mardones también asistieron a la actividad.

La instancia se enmarca en el lanzamiento de la monografía “Density and Resiliency Across The Americas”, editada por el Council of Tall Buildings and Urban Habitat, presentada previamente en Espacio AOA. En esta oportunidad, el arquitecto Claudio Arce, asociado AOA,  participó activamente de la organización para que el encuentro se realizará en Concepción.

El debate giró en torno a la necesidad de considerar múltiples dimensiones al momento de diseñar proyectos urbanos. Como señaló Fernando Marín, “La altura es una, pero la densidad, los usos de suelo y constructibilidad son también parte de las muchas variables a considerar. Pero, de una u otra manera, nuestras autoridades se enfocan siempre en la altura”.

Un enfoque basado en datos, experiencia urbana y adaptación

En su presentación, Christian Wolff abordó cómo los acelerados cambios globales —tecnológicos, ambientales, sociales y demográficos— obligan a repensar la forma en que diseñamos las ciudades. Subrayó la urgencia de tomar decisiones basadas en datos, incorporar criterios de sostenibilidad y entender los edificios como parte de un ecosistema urbano más amplio.

A través de ejemplos internacionales, incluyendo la Torre de Shanghái, explicó cómo proyectos de gran complejidad integran eficiencia, movilidad vertical, espacios públicos en altura y estrategias para mitigar impactos ambientales. Más allá de su escala, destacó la importancia de que cada edificio contribuya a mejorar la vida urbana de sus usuarios y de quienes habitan la ciudad.

Hacia el final de su exposición, sintetizó el foco que, a su juicio, debe guiar el diseño urbano contemporáneo: “Tenemos que hacer ciudades mejores, tenemos que obviamente empezar a pensar cómo los edificios se conectan con la calle, cómo somos más sostenibles, cómo hacemos ciudades que no suban la temperatura. Pero lo más importante, lo que tenemos que hacer hoy es devolverle la calle a las personas”.

El valor del espacio público

El Presidente de la AOA, Juan Sabbagh, sumó una mirada centrada en el rol social del espacio urbano: “Los espacios públicos también son un lugar de encuentro. Humberto Maturana decía que donde se producen los intercambios se produce el desarrollo de las personas. La gente es mejor cuando se encuentra con el otro cuando ese otro aprende algo (…) Siendo así, la altura no es lo más importante, sino que la importancia es de encontrar suficientes espacios de equilibrio donde se puedan producir los intercambios”.

La actividad fue posible gracias al apoyo del Gobierno Regional, la Universidad del Biobío, Atika, ProChile, la Asociación de Ingenieros Civiles y Estructurales (AICE), el Consejo de Construcción Industrializada (CCI), y las empresas Valmar y Atika.