En un desarrollo privado de cinco lotes frente al lago Calafquén y el volcán Villarrica, en el sur de Chile, esta casa compacta se asienta casi como un contenedor sobre una estructura de madera, con mínima intervención en el terreno y la pendiente. Las estrechas proporciones del lote sugirieron un diseño pequeño y vertical que maximizara las vistas despejadas de la imponente geografía, a la vez que liberaba el máximo espacio posible entre los edificios vecinos.

Al tratarse de una casa de ocupación esporádica, las decisiones sobre el uso, la distribución y la eficiencia definen esta vivienda. El cerramiento metálico negro es un ejemplo de este criterio; su color se mimetiza con las sombras del paisaje y protege las estructuras de madera y el revestimiento interior de la lluvia. En la fachada norte, el revestimiento está microperforado para regular la radiación solar sin perder la conexión visual con el paisaje.